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Al poeta Pablo Neruda
Usted nació para nacer, poeta,
En el pecho de los pájaros;
Abruptamente congregó banderas azules
Sobre las campanas desplegadas del cielo.
Caminó por montañas; atravesó cordilleras;
Creció en el fuego viviente del mar
Y reunió a mujeres y hombres;
Descubrió que la poesía es un río de ferrocarriles;
Voló con lo que nació con usted
Y cortó los relámpagos del páramo.
Así es como la poesía jamás cantó en vano:
Nutrió de sangre las raíces encrespadas;
Bebió el duro esqueleto de Quevedo
Y tembló frente a los ojos de Lautréamont.
Allá en su exilio, registró heridas obligatorias;
Pero también abrió las ventanas de la isla de Capri
Con la pasión desnuda de la trementina:
Aquel mar de pestañas irisadas
Fue de ola verde y palpitación desnuda.
Jamás separó la rosa de su pecho,
Pese a los fantasmas grises de los buques de carga.
Jamás murió de frío en las alturas de Machu Pichu,
Ni en los jabones de lentas espumas nauseabundas.
Usted nació para nacer, poeta,
Entre archipiélagos de eterno aroma;
Por eso tantos años después sigue como las gaviotas:
Vuela sobre alfombras de aguas verdes…
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