miré mi tiempo
Miré mi tiempo y conocí el silencio
Salté al mundo en medio del incendio
Tuve la paciencia y la audaz clarividencia
Para leer el firmamento debajo de la mesa
vi el sigilo con dolor de violines
Y el sueño pulverizado
Por las sandalias punzantes de los grillos
Ahora el prensapapel del grito se ha callado
Y la desnudez ha cedido al viento
Su poder de llevar las gesticulaciones del pájaro
A los columpios de las hojas
Que bailan un rap en nombre de la esperanza
Llamé al misterio a todos los insectos
Sigo llamando entre los caminos
Metamorfosis petrificada en la saliva
Pilastras erguidas los relojes
Cerrados como ojos de cíclopes
Entonces me he dicho:
Platicando con el Conde de Villamediana
“silencio, en tu sepulcro deposito”
mi ciega pluma y la lluvia que cae
ahorcada por los puñales de los pinos.
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