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Cada cuarto es un dique
que contiene vivencias
que atesora las horas
que nos llenan de ausencias.
Envolver cada cuadro.
Cada plato de mesa.
Cada cristal de copa.
Cada risa u ofensa.
Enjugar las mejillas.
Embalar la impotencia.
Procurar otros sino
Otros soles más tiernos.
Para abrir las ventanas.
Para amarnos sin tiempo.
Apurar que mañana
es camino de encuentros
de otros muros más bellos
con paisajes eternos.
Apurar que mañana
nos espera la vida
con más Sol en el cielo
y fulgores de fresno.
Que la casa es un mudo
esqueleto de aviento.
Que el hogar es la gente
que los leños enciende.
Que el amor lo embellece
y sus fuegos atiende.
Que las bellas paredes
necesitan aliento
y la suave caricia
de cortinas al viento
y la mesa tendida
con palabras y afecto.
Apurar que mañana
nos espera otro sueño
con cascadas de flores
que conducen al templo.
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