Hay aroma a papel en la pantalla.
Hay perfume a páginas leídas.
Hay un cristal de mágica pecera
que nos tiene atrapados entre cajas.
Cibernautas navegan sus poemas,
como el bardo esculpía con la pluma.
Nuevos mundos conquistan sus palabras.
Nuevas manos se estrechan hermanadas,
sin tocarse, sin verse y sin oírse,
se embriagan de amor por la poesía.
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