Contemplo la pluma entre mis dedos.
Contemplo el humo de tus manos.

Mi café perfumando la mirada
que navega más allá de los cristales.

Tu café sumergido en nicotina
esperando apagado a quien no llega.

Contemplo la bruma de la tarde
que va borrando los caminos
y aleja tu figura desgastada.

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