Deambula por la casa a barlovento.
en nave que cabalga tempestades.
Bruñendo la paila de un cocido
rema los vientos del destino.
Con sonrisa cordial alentadora
llora de espaldas a la vida.
Mira las olas que te llevan
y sueña regresos sin partidas.
Mira tan lejos como puede
y sabe que estás virando olvidos.
Y buscando con ojos marineros
sale a navegar sus letanías.
La noche y la lluvia son aliadas
a la hora de velar tus lejanías.
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