Hoy los pájaros revuelan vidrio afuera
sin tus garras que puedan alcanzarlos.
Hay gorjeos de plumas liberadas
recorriendo el parque y los rosales.
Hay espacios del alma que te extrañan
porque mansa te fuiste ronroneando.
Hay un breve paisaje nube blanca
que no busca cojines ni edredones
que no asoma su belfo sonrosado
ni cubre de nieve mis papeles
jugando a correr los lapiceros
o las hojas colmadas de poesía.
Te apagaste tan suave como el leño.
Tan gentil como fuiste cada día.
|