Cada mañana navego entre rosales
y me baño con el sol amanecido
que peina distraído la alborada
en el suave ondular de la alameda.
Cada paso en la espesura
es agitar de plumas y gorjeos
es sentir primavera por las venas
es morir embriagada por los cielos.
Cada mañana camino junto a ti
abriendo ventanas a la vida
amaneciendo plena de poesía
con la rima cotidiana de tus besos.
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