Solo voces que envuelven tu ventana.
Solo brisa que agita cortinados.
Solo trinos que brotan de las ramas.
Solo vida que llega a tus cristales
y va penetrando obscuridades
y va abriéndote a este mundo.
Solo falta que entornes esa puerta
que te encierra a tus miedos cotidianos.
Arriesga a morir como un humano,
transitando la calle y los caminos
y no mueras dormido entre almohadones,
sin la chance de haberte debatido.
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