En diez pasos, prefacios, ha varado un noctámbulo,
cual si fuese sonámbulo, contando sus espacios,
en minutos solacios de travesía escueta.
Muere la noche, agrieta, manto de cerrazón:
el añil del ancón que asoma su careta.
Y la costa le hiere con su imperio de sal,
acota vendaval que de nimbos bebiere.
¡Ay! si mi Isla perdiere, entre crestas de espuma
y mordiese la bruma en su boca de asfalto
y llegase yo falto, de la tinta en mi pluma:
dejaría mis venas en el filo de rocas
en alturas que tocas con el gris de tus penas
y en tus níveas arenas tendrías mi silueta;
en la luz indiscreta, desde un viejo farol,
donde nace otro sol y amanece un poeta.
Parte del poemario "Noctámbulo de diez espacios"
Raúl Castillo Soto
Segundo Accésit; Concurso Internacional de Poesía Eugenio Florit 2008
7/23/2009 |