Queda prohibido amar sin cortapisas
el alto cielo
y guardar en el mar nuestras tristezas,
saciar los castos besos con angustias
y sin aliento
o encasillar las penas del olvido.
Será prohibido -aunque te suene raro-
con menoscabo
castigar a un infante desvalido,
ausentarse de la cama de un enfermo
que es buen amigo
o de la casa de un buen maestro
y soñar despierto y jamás dormido.
Queda prohibido también, yo te lo digo,
con insistencia
amar el oro y el cáliz de la plata
o a un zafiro
en lugar del limpio beso de tu amada
o a la razón, al tiempo y la esperanza.
Y queda prohibido, si no lo sabes,
hoy lo repito …
vivir muy vicioso o en desvarío
con insistencia
o con las manos entumecidas
y luego necias
desvanecer el cáliz de una rosa.
Sí, queda prohibido...
prohibir las cosas buenas
romper un nido
y tirar basura en las arenas.
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