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Que la poesía sea universal, puede ser en mi personal punto de vista, la frase que encierra mejor mis aspiraciones literarias dentro del ramo motivo de esta breve página,pues desde mi adolescencia he visto en la poesía una bella forma de expresión para esculpir ideas y para pintar emociones.
El poeta se desnuda ante los ojos de los demás. Le habla al ser amado, describe paisajes y estados de ánimo, dibuja el claro oscuro de su vida con sus palabras y nos descubre su alma, sin convencionalismos y sin hipocresías. ¿Quién puede permanecer impasible ante frases como aquella de Pablo Neruda: -"Me gustas cuando callas porque te ves como ausente", o ante la fuerza descriptiva de Ramón López Velarde al hablarnos del "relámpago verde de los loros", de su Patria mexicana?
En mi opinión, hasta los temas más delicados se pueden conducir al campo de la poesía si se les tratara con sensibilidad y arte. Antonio Plaza en su poema "A una ramera" nos da una clara muestra de lo anterior, y por si fuese poco, "La casada infiel" de Federico García Lorca eleva a la concupiscencia misma al ámbito de la belleza y al más puro esteticismo idiomático: -"Y yo que me la llevé al río creyendo que era mozuela..." En sus magistrales sonetos Julio Herrera y Reissig pinta paisajes oníricos, a la altura misma de una Remedios Varo, que con su pincel mágico nos sedujo a los que vimos alguna vez sus obras de caballete. Sor Juana Inés de la Cruz tocó con absoluto sentido filosófico temas mundanos, como cuando nos dice: -"¿Quién peca más, el que peca por la paga o el que paga por pecar?". A mi paisano de país y de provincia, Jaime Sabines, se le ha clasificado como uno de los grandes de la poesía dada su sencillez para tratar los temas más profundos y aparentemente inaccesibles. ¿Y en donde podemos encuadrar a Rafael Alberti cuando escribe:
-"Oh tu, mi amor, la de subidos senos en punta de rubíes levantados...?"
La poesía se descubre a si misma como un método para inducir a los temperamentos idealistas a localizar en todas las formas del pensamiento,la estética. Sirve así mismo para domesticar las palabras y darles, respecto al lenguaje común, un sentido superior, una fuerza creadora e inclusive para perseguir quimeras y alcanzarlas. La gloria del poeta está en pretender alcanzar lo inalcanzable y en ingresar a lo inaccesible. |
