Las tardes solariegas - Soneto V
Ayer puse en tus manos dos sortijas
y tú a cambio el regalo de tu vientre,
para iniciarme como nuevo padre
con dos bronceadas y bonitas hijas.
Tener en nuestra casa a unas mellizas
de cabello suavemente ensortijado
resultó para ti insuficiente
pues luego vino con sonoras risas
una linda nenita, para hacerme cliente
de femenino receptorio; y así clemente
a mi petición de padre insatisfecho
un día fugaz amaneció en mi lecho
un varoncito al que llamaste Julio
e inflamé de orgullo... mi agradecido pecho.
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Julio Serrano Castillejos
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Publicado el: 10-01-2004
Última modificación: 00-00-0000
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