Camina el viejo cartero
por calles de polvo y de rosas
y va por las calles angostas
cargando pesada su alforja.
Camina con paso certero
y carga noticias lejanas
unas con notas alegres
y otras tal vez muy porfiadas.
Camina siempre sereno
viendo a lo lejos las puertas,
a veces luces del cielo
y ventanas siempre desiertas.
Lleva en las cartas derroches
de cosas siempre descritas
con el oficio de cuitas
o con deshonra de amores.
Nunca le dan un dinero
ni atesora las bondades
de los que reciben las cartas
de muy lejanas ciudades.
Pisa los suelos desiertos
y camina cual fantasma
el viejo y pobre cartero
que muere enfermo del alma.
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