Paso a paso camino ¿quién lo creyera?
en las sombras
de tu cuerpo de pronta transparencia
y siento desde siempre
la fuerza lejana y hechicera
de tu sutil abrazo
tan tuyo como campo peregrino.
Tu vida me provoca
con suave efervescencia
como copa de festín austero
y llega con demencia
el banquete de tus besos a mi boca
e irrumpe la clemencia
en nuestros trazos de carrera loca.
Paso a paso te doy el beso santo
en tu serena mano
y luego la mirada aturdida
con mi fervor eterno
como la risa que me da la vida,
pues vida y risa son el alma y cuerpo
que van huyendo del candente infierno
e irrumpen en el cielo del deseo.
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