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Como ala de rosada mariposa
se fue la vida por la borda oscura.
Como hoja seca que en la noche gime
murió la fronda que mi ser escuda.
Era airosa, fugaz y mañanera
y de mis tiestos feliz como ninguna.
Fue duraznal de tonos amarillos
y néctar que en la fuente capitula.
Dorada como el sol, era en la tarde
un halo de razón inoportuna.
Ambigua como gota, era lo mismo
la triste voz que mi pasión postula.
Jubón de nácar su plateada esfinge,
era brillante como luz de luna.
Era estrella, de fiesta pasionaria.
Tal vez fue flecha que el caudal simula.
Fue tan luego feliz como quimera
de cara alegre que a la vida suma.
Y era su noche caminante triste,
con el talón al aire gesticula.
Se fue rampante, dejando el lago
de los sabores de jugosa fruta.
Vida ingrata, ramal de mi existencia
que en las horas más negras confabula.
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