Por ti está mi alma rota,
amigo mío, implora,
ruégale si es preciso,
si necesitas llora.
Secar tus lágrimas toca,
aférrate fuerte al timon,
está tu barca astillada, toda,
desde el mástil a la proa.
Coge a tus marines,
dales la leccion próxima,
con brabura y amor,
para esa travesia corta.
Tu capitan de siete mares,
te hizarás contra las rocas,
los acantilados agrestes,
y el engullir de las olas.
Les ensañarás la suavidad
de la espuma sonora,
el masaje de la arena,
y del oleaje su aroma.
Amar a los cuatro vientos,
los huracanes a deshora,
las tormentas inesperadas,
venciendolas con gloria.
Todo pasara, ¡pesada broma!,
volveras a ser feliz,
rodeado de mimos y cariño,
entre el camarote y la popa.
(a mi amigo Alberto)
17.07.2003
|