gaviota frágil
Maddona y niño por Bernardino Luini
a mi madre, a mi hermana.
por gaviota frágil
Abracé aquel vestido, sus ropas usadas, y lloré amargamente, porque ellas ya no estaban, se fueron sin despedirse, con el lucero del alba. Se hundió mi faz en la conocida almohada, y percibí el aroma de ellas, sintiendo que me arropaban.
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