I nvariablemente estoy pensando en ti, si
N o en tu cara, en tu nombre o
E n tu forma de vestir... A veces
S ólo pienso en la tarde en que te vi,
M isma en la que sin saberlo... ¡Me enamoré de ti!
A hora sé que te quiero y sólo tu
R isa me llena de encanto, risa que
I nvita a entonar un canto que trae
A legría y que ahuyenta el llanto.
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