Que linda infancia viví, entre gallinas, puercos, burros y caballos entre el ruik, ruik del molino y la imagen de mi madre queriendo hacer las deliciosas tortillas de maíz, el olor de los guisados que despertaban a mis papilas gustativas saboreándome sin probar el desayuno, mientras los rayos del sol entraban por la vieja casa de lámina entre el humo y los deliciosos olores de los guisos, como extraño mi infancia y como adoro la vida que me ha tocado, bendito Dios por mandarme a una Madre tan infinitamente grande y un Padre tan responsable y sobre todo una familia tan maravillosa.
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