En mi silencio guardo muchos chillidos.
Alaridos de desesperación e impotencia que desquebrajan los músculos de mi garganta.
En mi silencio escondo mucha ira.
Fuego que se congela en la ausencia de mi palabra y que solo se manifiesta en mi decadencia.
En mi silencio oculto mis lágrimas.
Secas caen sobre rostro mojado de verbos nunca pronunciados y canciones maldichas.
Soy esencia viva y esclavo de mi silencio.
Forja protuberante pesada a mi cuello
Collar de espinas de perro embravecido
Yugo de la opresión de mi propia moral.
Soy esencia muerta y guerrero de lo perdido
Cadena de débiles eslabones sin sello
Pendientes que adornan a rostro enfurecido
Soga de la sumisión de mi propia realidad
Afonía del desvalido que con tristeza mira su mirada perdida ante el espejo de reflejo herido en una isla que lo aborda con sonidos.
Notas musicales mudas, en clave de olvido.
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