Tienes la palabra y no sentencias mi costumbre
es la diez y tres vez que no acabo por terminar
de creer que a empezado y aceptar tu intromisión.
Piso tierra caminando salivando algunos besos
recordando una mujer que borró una angustia atada
y tú, eres el beso dado al aire
a la huerfandad de una boca
a la huida de una sombra
a la mano desasida.
Escucha el lado sordo de mi cuerpo sonoro
penetra en lo profundo de un tal vez no escrito aún
coagula el tiempo aparte de un haber tan deseado
escapa a mis inicios del adentro de un sentir
y juega con el tiempo impaciente de esperar.
Se exasperó el esfuerzo y el tedio está cansado.
11 – 07 - 2009
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