Silenciosos los caminos,
envueltos en niebla y en ansias,
aguardan mochuelos y lechuzas
las sombras de las penadas almas.
tintinean a lo lejos campanillas,
hablan las piedras de fantasmas
aúllan aterrorizados los perros …
¡Silencio! Alguien pasa…
Cortando el aire de la noche,
caminan las caperuzas blancas,
dejando aromas de cera,
envueltos en blanca mortaja.
Jugando a descifrar caminos
al pie del varal, en la encrucijada,
sonríe, con mirada inocente,
la niña del paraguas.
Vuelve la vista al ataúd...
-¿Que llevas ahí, sombra blanca?
-Llevo la Muerte del Amor.
¿Quieres acompañarla?
-El Amor no muere, blanca sombra,
conmigo y en mí vive, sombra blanca,
¡Huye, sombra, con tu vela!- responde,
cerrando despacio el paraguas.
Sigue la Compaña su camino...
La niña la observa, callada.
Bailará con los vivos
la Muerte esta noche...
Bailará, sí.
A ella ya no la alcanza...
Santa Compaña
Caladas as corredoiras,
envoltas en brétema e en ansias,
agardan mouchos e curuxas
as sombras das penadas almas.
Tintinan ao lonxe as campaíñas,
falan as pedras de pantasmas
ouvean aterrados os cans...
Silencio! Alguén pasa...
Cortando o aire da noite,
camiñan as puchas brancas,
deixando arumes de cera,
envoltos en branca mortalla.
Xogando a descifrar camiños
ao pé do varal, na encrucillada,
sorrí, coa mirada inocente,
a meniña do paraugas.
Torna os ollos ao cadaleito...
−Que levas aí, sombra branca?
−Levo a morte do Amor,
queres acompañala?
−O Amor non morre, branca sombra,
comigo e en min vive, sombra branca,
Vaite, sombra, coa túa vela! – responde,
pechando paseniño o paraugas.
Segue a Compaña o camiño,
a nena observa, calada...
Bailará cos vivos
a Morte esta noite.
Bailará, si.
A ela xa non a alcanza...
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