transparentas del amanecer lo que jamás
será del día inquieto y niño que llueve sin cesar
quien más orgulloso de tenerte como testigo
que este sol acuarelado y anciano que tiembla
no sé si estas alas apaciguadas y rutilantes
pacerán hoy como un rocío recién nacido
para beber la niebla cenicienta y dormida
que atraviesa uno a uno de los rincones de mi alma
hoy, que es el aniversario de todos los días
con un trozo de noche en el viento lechoso
que se despliega como una bandera de luz
sobre un piano adormecido de musgo habitado
lacrando tu sombra y escarmenando las nubes
y sus pétalos en rotación espléndida y sollozante
navegan ola tras ola perladas de tibio granizo
que cae arrebozado en este lecho húmedo y cálido
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