Te reto a que me digas… por tu vida
Si acaso no te invitan mis intentos
A ser, por un momento, dueña de los días
Conmigo cabalgando por el viento
Intentos propietarios del anhelo
Que caminan a los pies de la esperanza
Eximidos de luces y de juicios
Arreboles… y andar en abundancia
Te reto a que me digas… por tu vida
Si acaso no te invitan mis pasiones
Que engarzan el éxtasis y un sueño
Impregnados de amor y de poesía
Pasiones que te encienden cada poro
Al regalo de solo… una mirada
Brotes nuevos de cuerdas de guitarra
Al concierto sempiterno de los modos
Te reto a que me digas… por tu vida
Si acaso no te invitan mis amores
A darnos paso a paso y lentamente
El momento preciso de las flores
Anteponer el ser… a ser pasado
Y no cejar de amar ni en las trincheras
Ni en la tarde… ni en lo vasto de la muerte
Ni en la gloria de no tener cadenas
Y te reto por fin… a que me digas
Si vale más el tiempo que un instante
Un tiempo subyugado y circunstante
O el instante del milagro del amor
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