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Ve que conozco un poeta que supongo… es mi amigo
Porque… acá entre nos… siempre lo llevo conmigo
Sin mí no va a ningún sitio… lo llevo al alma hilvanado
Y después de tanto tiempo… algún aprecio le he dado
Yo gusto de equipararme con la distancia y el tiempo
El se guarece y pernocta en donde nace el silencio
Yo vivo en ciudad tangible
El… siempre vive en laconia
El no entiende de razones cuando anida sentimientos
Yo sin pensar no camino… si todas no van conmigo
El se ha empeñado en amarte
Yo estoy bien con el olvido
A veces te hace poemas luminiscentes y tibios
Y refiere a cuatro vientos su amor… a quien quiera oírlo
Le regaño y reconvengo por loco y por mal parido
Lo mejor es vista al frente y paso firme... le digo
Le digo que a las mujeres… nunca se muestra el cariño
Se regala gota a gota… siempre en pausas y poquito
El cree en las grandes pasiones... que queman el alma y cuerpo
Aunque fuera un solo instante siempre merecen la pena
Yo prefiero mis asuntos y mis agendas previstas
La vida sin sobresaltos… cómodo y elitista
El prefiere andar caminos que nunca fueron pisados
Arrostrar todos los vientos aunque quede mal parado
Le reconozco valiente… más loco y desatinado
Las reglas en este mundo las abolió el “magistrado”
Y colige lentamente lo fehaciente de su amor
Ante las pautas terrenas copantes y sin valor
Dirimiremos a duelo nuestras tercas opiniones
Yo prefiero verte lejos… no agitando mis anhelos
A él la distancia lo asfixia y le disconviene a pelo
Pues entonces a las armas… va mi vida de por medio
No sé quien será quien quede al final de nuestro duelo
Lo que sé… es que ya no puede haber dos almas al cuerpo
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