Volverás cuando la espera tenga flores
cuando el horizonte deje de llorar
navegando entre las nubes del ocaso
extenderás tus brazos y escucharé tu voz
entonces simplemente, te invitaré a bailar.
No sufriremos la furia cruel de la tormenta
azotando sin piedad nuestros caminos viejos
seremos el rumor alegre de la nueva mañana
desnudos bajo el sol de un dulce despertar.
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