Que dolor intenso he sentido en mi alma
fueron gotas de metal ardiente derramadas
han quemado sin piedad profundamente
abriendo surcos de tristezas imborrables
lacerando con un fuego incandescente.
Nada puedo decir, es muy grande el sufrimiento
el sonido de mi voz ha muerto en mi garganta.
Desde ese día llevo una herida que sangra
cuando supe que soy yo el único culpable
el motivo y el causante de tus lágrimas.
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