¿Para qué sirven las palabras si no hay quien las escuche?
si en estas horas de miedos y de búsqueda incesante tú te has ido ...
si el silencio se desliza como niebla por paredes y ventanas
empañando los cristales que muestran mis añejas alegrías.
¿Para qué sirven estas lágrimas si ya a nadie le interesan?
porque caen amargas y no están tus labios para detenerlas
tan lejana estás que ni siquiera encuentro la luz de tu mirada
en los rayos tibios que sobre mi frente el sol me regalaba.
¿Para qué sirven estas manos si ya no te acarician?
en cada despertar, en cada encuentro y en cada despedida
se congelan y marchitas, se han comenzado a secar como la hierba
como las flores silvestres que en los caminos nadie riega.
¿Para qué sirven estos labios si les niegas la frescura?
si están sedientos de tu piel y de aquella ternura de tu boca
ahora en su agonía tu nombre pronuncian con tristeza
y la vida se escapa con el último suspiro del amor y la nostalgia
Ahora ya no tengo tus palabras, ni sueños, ni esperanzas
tampoco tus besos, todo se cubre con arenas de un desierto
entonces escucho mi alma que debilmente me pregunta :
¿Para que me sirve estar aquí contigo, si ahora ya estás muerto?
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