Acaricio tus cabellos hermosos, vida mía,
me sonríes y me miras con ansias de besarme,
tu sonrisa se parece a la dulce melodía
al dormirme necesaria, y también al levantarme.
Tus sedosos y muy finos cabellos ondulados
se parecen a delgados hilos de enredadera
cuyas flores muy extrañas de pétalos dorados
han logrado que mi vida no sufra más espera.
Tus cabellos son rayitos de luz en nuestras vidas,
tus cabellos son de fina textura y filigrana,
han logrado que se junten nuestras almas perdidas
para nunca separarse, ni tarde ni mañana.
Sólo anhelo que ellos sean, si al cielo yo partiera,
la mortaja que proteja todo mi cuerpo entero,
y si acaso resucito, lo que quiero es primero
cobijarlos con mis manos cuando otra vez muriera.
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Maracaibo, 11/05/08
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