Los tulipanes negros en mis sueños,
reunidos a mis pies, surcan la tierra.
En sus gargantas verdes y entalladas
fecunda diáfana sentencia:
¡Sois la seca semilla que cae al tiempo!
desde cisnes de tinta y duelo.
¡Sois la noche perdida que cabila!
en la frente de un último recuerdo...
La desnuda estación, ingente, donde
la vida hace a la muerte, necesaria.
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