En el secreto agonizas
encerrada en tu tormento,
cual brisa de barlovento
dispersando sus cenizas
en grises alas del viento.
Bajo tu cielo nublado
sollozas en el pecado
que te robara el aliento.
Que importa ya lo pasado
o el filo de las memorias,
si sólo ofrecen historias
-que hieren lo más sagrado-
de un corazón angustiado,
que entre sueños y latidos
busca los besos perdidos;
en los labios del silencio,
en la boca que sentencio,
al susurro en tus oídos.
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