Cansado de partidas y regresos,
aun así, olvidarte no consigo
y aunque me escapen las palabras sigo,
atrapado en la magia de tus besos.
Me muerden esos labios rojos presos
en sueños y el dolor que no mitigo
y en esta triste soledad te digo:
"Me muero al no encontrar los besos esos."
Quisiera devolvieras con tu boca,
el roce del querer y el desespero,
en alas del amor y la lujuria.
En el abrazo tierno que alma toca
y el placer que estremece al cuerpo entero;
un beso, ¡que destierre a la penuria!
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