Que bien hueles tú cuando me miras
que bien hueles mientras caminas.
Que bien hueles tú cuando me amas
que bien y que lujo el de tu espalda.
Que bien contagias vida flor de tu mirada
fugaz marioneta de ti enredada.
Y cuando no estás suspiro y luego nada
que sombra, ¡que espanto del alma!
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