Cantando bajo algún cielo dormido
la ineptitud del torpe es la que crece
pues en el cruel silencio se aparece
su pretensión de no morir perdido
Trepando confusiones y escondido
entre la brisa azul que al árbol mece
presiente que el absurdo no merece
y vierte sus despojos al olvido
Duelen los huesos del que no ha nacido
hábil y diestro como son sus pares
y la belleza lo ha desconocido
Con saña vil lo habrán dejado herido
las bocas de las gentes que lo hicieron
por sus miserias ser reconocido
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