Señora que peina canas
Reina en la casita blanca
Madre amorosa y esposa
del que aún sigue enamorada
La de la vida perfecta
gobernada por la calma
La que teniendo de todo
siente que no tiene nada
y se averguenza de ver
la ingratitud en su cara
Coronada de jazmines
suspira historias pasadas
cuando el corazón latía
y la sangre atropellaba
soñando que un nuevo mundo
para ella se inventaba
Imaginando aventuras
caballeros sin espadas
o tal vez ramos de rosas
sirviéndole por almohada
Señora que tiene todo
Que no precisa de nada
A la que sobra el cariño
Solo una cosa le falta
Se le ha perdido la risa
en los perfectos dobleces
de aquellas sabanas blancas
En el reloj que vigila
esos pasos que no avanzan
y mueren en la quietud
de un tiempo que nunca alcanza
En la rutina traidora
que instalándose en su vida
le ha robado la esperanza
|