Detrás del mostrador
observé al abuelo,
con algún diente de metal.
Pregunté por la madre y
con cierto aire de vergüenza
el viejo repondió:
" trabaja desde la tarde
hasta altas horas de la noche... "
El niño, debía tener 10 o 12 años.
Parecía bastante menor.
Sus pestañas inmensas
se abrían como cortinas
para mostrar unos ojos
mezclados de enfermedad y tristeza...
" soy colombiano... " dijo
" feliz navidad... " sonrió.
(a mis hijas)
|