Qué importa la variable del relámpago,
en tanto el pájaro asustado
busca en la selva ,
la sombría complicidad del musgo.
Una fábula convencida y la duda
alterando el tacto sobre lo que siempre arde.
La luz sigue su marcha entre sombras segadas.
Variable o constante, es
señora justiciera de tinieblas.
Que sería sin luz
el ojo tatuado en la palma de una mano.
Qué sería de los labios que buscan a ciegas
la humedad de otra boca,
la tersa piel del estremecimiento
y el latido profundo que ilumina,
(luz que no es luz)
desde la entraña a la gloria .
El fuego crepita y se retuerce.
La chispa entre dos piedras
intimida aún al bramido de los siglos.
El tiempo pasa sobre cenizas
donde el tizón persiste
iluminando.
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