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Vivir requiere esencia
del tiempo sentencioso de nuestra alma
tejer con suavidad las cosas
si vamos para arriba o bien con calma.
Vivir es un cataclismo airoso
de dos células unidas con caricias
el camino del vértigo precioso
de dos seres que se unieron en la vida.
Es el vendaval que teje
las íntimas tristeza de los tiempos
las risas, los ensueños y momentos
del paso caprichoso de los días.
Es la lluvia que empapa los destinos
los manjares del futuro
el ensayo de noches prodigiosas
y los pasos que dimos al camino.
Sí vivir, es la rosa de los tiempos…
la báscula central
del pensamiento y el gozne espiritual
de todas las revueltas del destino.
Vivir, es meditar aunque sacuda el viento
y procurar la calma
en los mares, los bosques y el desierto
y alimentar el alma
ante la excelsa plenitud del sentimiento.
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