No puedo seducirte con mis ojos
tal vez cansados
ni con palabras vanas convencerte
de estar edulcorado
ni tus manos tocar con mis antojos.
Y luego de ardor estremecerte.
y con locura
tus pies adorar con besos santos,
respirar tu aliento
y tus muslos rozar en la mañana
en eterno intento y
estar ensimismado y entre tanto
llevarte a caminar a la montaña.
Hacer de tus antojos mi plegaria
con mi tristeza
de las horas del presente y del pasado
en una capciosa transparencia
estar de ilusión apasionado.
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