No le canto al deshonor
ni a los amores temidos
pero si a aquellos nidos
donde florece el amor.
Es mi voz de ruiseñor,
de poeta diligente
que gusta bien a la gente
por su palabra florida
para ponerle a la vida
la cara siempre sonriente.
Canto también a las flores
de las lagunas doradas
a las mujeres amadas
y a los honrados señores.
Voy cantando mis honores
a la Patria amada mía,
a la mujer que sonría
al portal de sus amores
donde pongan lindas flores
sin desdoro ni porfía.
Si he de morir cantando
como cisne vagabundo
sea mi voz en este mundo
lo que doy y vengo dando.
He de irme suspirando
por dejar mi tierra hermosa
y a la mas querida moza
le diré con mis canciones
que le dio sus emociones
a un corazón… que retoza.
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