Dedicado al vate jerezano Ramón López Velarde,
autor de “Suave Patria”, cuya belleza lírica jamás
será superada por poeta alguno.
Mi patria es sublime y rumorosa
como reto que se yergue altivo,
nace con el roce de las horas
del parto que suena a sacrificio.
Es un águila que vuela y gira
en las copas de sus altos signos,
se entretiene siempre bulliciosa
y es cadencia y rama de un olivo.
Si festeja el quince de septiembre
se ufana de ser tan sensitiva
al renovar su cambiante suerte
y es flama de lámpara votiva.
Mi patria escindida y sin ventura
de siempre sufrió en el camino,
mutilada por infiel vecino
en una guerra injusta y caprichosa.
Y fue duelo… en su cantar a diario
y roca aventada al precipicio.
Mística y graciosa desde entonces
hallase del mundo en el ombligo,
se cimbra con todas sus mujeres…
regalase a todos sin dobleces.
De siempre se enciende en sus volcanes…
pues huele a temascal entre los panes.
Azteca y española, briosa,
es díptico su emblema, receptivo.
Su barro se cuece en los calores,
y es luego maduro y sensitivo.
Vibra en el color de su zarape
Y trepida airoso su jarabe.
Mi Patria de luces y de sombras
con forma de cuerno de abundancia,
serena y pajarera huele a sangre…
a calvario y a esponja con vinagre.
Es audaz, valiente y jaranera
y el responso de la tierra entera.
En la paz de sus fervores siembra
la fe de su místico sudario,
la fuerte pisada de sus trazos…
y el toque de un alto campanario.
Canta su preciosa alfarerìa
en ritos de jarro dominguero,
sus perfiles son cristalerìa
con alma de toque bullanguero.
Pero vive airosa y así feliz
a todos prodiga su cariño,
es ave sepultada entre las rosas
el aroma que huelo desde niño.
Percal de ilusiones es su traje.
¡Y al infinito su divino viaje..!
México virtual y poliforme,
sangre de tu raza es el breviario
si siento las huellas de una herida
y revivo mi pasión a diario.
Das con tus paisajes colosales
al mundo un regio señorío...
tus pozas profundas y abismales
guardan del petróleo tu delirio.
Es tu piel, tu tierra y tu destino
como esencia y fogata del camino,
por eso te mecen como cuna
el océano, el cielo y la fortuna.
Tu fuego de entraña bendecida
con mil soplos nos llenó de vida
y tiene en la noche solitaria
los bosquejos con sabor de tuna
y oficia con alma hebdomadaria
sus rituales de sagrada luna.
¡Vive patria de amor y de nostalgia..!
Como el filo de espada, temerario,
sublimas las vísceras del tiempo
y las cuentas rituales del rosario.
Julio Serrano Castillejos
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 03-II-2008
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