|
Te quiero en silencio, te abrazo
con mis pensamientos, en mis sueños
me lleno de tí, de tu querer inexistente,
de ese titubear con miedo a flaquear, de
la luz de tu mirar y el sonido de tu voz
que aún me hace estremecer...
Cuando te quiero sin tenerte, te sueño
sin tocarte, aunque seas tan fugaz, aún
de mí no te has marchado, aunque mi boca
calle mi corazón no ha dejado de palpitar;
en otros ojos te quise encontrar, en otra
boca tener libertad pero no sé como olvidarte...
Si te quise sin querer y llegaste a mis
pensamientos sin pensarte, si un día me acosté
envuelto en la soledad de la noche y como un
ángel a mis sueños llegaste, deperté con deseos
de dormir y encontrarte otra vez teniéndote en
mí, así poco a poco llegaste a mi vida...
Valió la pena el resplandor de ese instante, sentir
por un momento la vida, como corre por las venas la
sangre, pero el querer es libre, como el viento que
guía tu rumbo, como el agua del río que fluye indetenible;
libre, libre, libre, aunque yo te siga extrañando,
soñando, anhelando, queriéndote en silencio...
|
