|
¿Qué hago Dios? cuando me asfixian estas
cuatro paredes y me siento atrapado en
medio de la nada, flotando en el aire,
sin aire y esta soledad que me abraza...
Son acaso sólo mis lágrimas fieles compañeras
de noches de desvelos, cuando se siente
ese frío que arropa el alma, como la
fría daga que perfora el pecho rasgándolo...
Gritos de silencios que perturban mis
sentidos cuando en medio de esta
inmensidad soy un nadie inexistente,
quisiera descansar, tener un respiro, hallar paz...
Duele mirar atrás, morir, vivir, sentir que se puede
amar, creer que se puede volar, cerrar los
ojos, permitirse soñar, reir, cantar...
Oh, cómo duele esta fría soledad...!
Hasta cuándo en mi vida serás mi sombra sin
luz, señora de largos cabellos negros como la
noche, mirada profunda como los abismos
que me atrapan sumergiéndome en ellos...
Yo no soy de tí, ni de mí, ni de nadie, quisiera
ser del viento y desvanecerme en él, sentir como
el aire me consume esparciéndome en el infinito
azul, sentirme libre en la inmensidad, sin sentir
el peso de la fría soledad...
Son sólo deseos de un tonto que no deja de soñar
aunque se caiga y sienta dolor, aun puedo cerrar
mis ojos y sentir que entre sueños o inventos
puedo escapar de tí soledad....
|
