Tiernos tus ojos como suave aurora
abrazando las almas con amor;
a los que llegan llenos de dolor
o los que te dicen ¡Salve Señora!
Tu bendita voluntad dió la hora
que desde entonces daría el color
a las praderas, y que en tu honor
visten esperanza bella Pastora
Ante Tí rendido un pueblo te implora
paz para el mundo y para nuestra tierra
hoy sacudida por un mal mayor.
Te sentirá ese corazón que llora
y ese que, orando, alegre se aferra
a sus sueños por un mundo mejor.
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