Al rayo que hoy es recuerdo
y cumplió con su misión
abrazos y bellos te quieros
que demostró con su amor
en su regazo materno
y en su entrega de corazón.
A la madre, abuela,
hermana, amiga
ahora brillante estrella
que sigue siendo consuelo
y siempre nos ilumina
porque su amor es eterno...
Vive presente en los hijos
porque ellos jamás olvidan
su fragancia y amor tan tierno.
Como no olvida la amiga
que recibió ese cariño
de algunas madres tan lindas
que parecían abuelitas
o hermanas, como luceros,
prestadas por un ratito;
amigas tan especiales
que quizás no imaginaron
que sus palabras y cariño
en mi corazón quedaron.
Miraremos al firmamento
con el rocío en el alma
y elevaremos con calma
nuestra oración al Señor
dando gracias por su amor
que acompaña aún nuestros días
y pidiendo su bendición.
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