La vida siendo misterio
la nube gris le acompaña
con voces de la montaña
como un oleaje certero
Y va fría calando los huesos
robando aliento y mirada.
¿Será dulce su llegada?
¿Tocará también los sueños?
¿Será un ángel o una dama
quien por fin en el ocaso
recibirá con un abrazo
el gemido de cada alma?
¡Qué importa! si habrá final
¡Qué importa! si a lo mejor
se encontrará un manantial
que reciba los silencios
donde el callar es lenguaje.
Y con un poco de suerte
lleva esperanza este viaje
porque ese beso, el de la muerte,
sea sagrado o tormentoso,
quizás llegue generoso
y ofrezca por morada el mar
con su oleaje silencioso
dando al alma...
paz por siempre.
|