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Cuando orabas en el huerto
te prendieron los soldados
comenzando ese camino doloroso
de tu pasión cuando lastimaron
sin consideración tu cuerpo...
A empujones te condujeron
hasta la casa de Anás,
te golpearon y humillaron
y luego ante Pilatos te llevaron
para ser juzgado...
Te ataron en la columna,
te azotaron sin misericordia ninguna
y como burla,
como rey te coronaron
lastimándote con una corona de espinas
Sangrabas...soportando el sufrimiento,
callabas...pero tu corazón lleno
del más puro sentimiento,
seguiste con el recorrido impuesto
cargando la cruz a cuestas
hasta el calvario
donde se cumplió lo que estaba escrito,
ser crucificado
después de haber sido
por el hombre negado y humillado
Así ofrendaste tu vida en la cruz
¡Oh, Señor!
para darnos tu infinita luz
cuando te elevaste como bendito incienso,
para purificarnos,
redimiendo al mundo entero
y desde entonces,
a todas las generaciones
tocas con tu infinito amor,
viviendo entre nosotros
habitando en nuestro corazones...
¡Gracias Señor por la luz de tu amor!
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