Siempre quise regalarte
el más tierno y cálido abrazo
por si acaso...
por si acaso llegaras a extrañarme
Siempre quise acariciarte
con los rayos de mi alma
por si acaso, en un instante,
sin que nadie lo esperara,
se apagara mi mirada
Pero, aunque esa hora llegara
mucho antes que la tuya
quizá,
ni siquiera te enterarás
del silencio eterno de la luna
como tampoco lo harás
de la lluvia y la penumbra
que por siempre la acompaña
Por eso, guardo en mi alma, mejor
mi mirada y mis silencios
así no habrá sortilegios
que conjuren el amor
con sabor a incertidumbre
en esas noches solitarias
que envuelven con tanta magia
y que sólo...
sólo es una lumbre,
sólo es pura ensoñación
que en la soledad alumbra
al cansado corazón
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