Para no caer en el abismo
del silencio que atormenta
comencé a volver
sobre mis pasos dormidos
Comencé a soñar
nuevamente sin motivo
matizando mi querer,
domando mi fiero mar
Caminaba en silencio
y volví a descubrir
la fragancia del cielo
que creía lejos de mí
Pero las nubes, al final
siempre se tornan grises.
Y hoy ha vuelto mi mar
a desbordarse ferozmente
porque no es suficiente
soñar...
Es tanta la obscuridad
que mi alma tiembla
por no ver la claridad
del cielo
Sólo un rayo
atraviesa mi pecho
la furia del alma
en la nostalgia
que acompaña la lluvia
y que baña mi sentir
que aunque brote natural
es mío nada más
dándole vida
a mis sueños...
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